
Los 85 automóviles que se roban por día en el conurbano (según datos del Ministerio de Seguridad de la Provincia de buenos Aires, para el primer semestre de 2009) responden a las leyes de oferta y demanda del mercado. Alguien gana plata vendiendo más barato el vehículo desguazado porque existe un comprador que prioriza también su ventaja, aunque detrás prevalezcan el delito y el crimen como metodología. Ese abordaje involucra al consumidor, pero la responsabilidad penal es del que roba y mata. El Estado es responsable de cortar ese nexo.
¿Cómo?
Eliminando la actividad ilegal donde se origina (en la calle) y donde se desarrolla (en el desguace y venta). Al principio de su gestión, el Señor Gobernador Daniel SCIOLI, respondió a esa lógica al ordenar la búsqueda "de los delincuentes en los desarmaderos". Cinco años antes, los jefes policiales ya habían escuchado al Ministro de Seguridad, Juan Pablo CAFIERO (2002-2003) marcar la prioridad contra este delito. En el punto más alto de la crisis económica y social de 2002, se robaban 6.527 autos por mes en toda la Provincia. Y conformaba un alerta. "Cada pieza comprada en forma ilegal puede estar manchada con sangre", era la advertencia de Felipe SOLÁ. Por entonces, 1.000 desarmaderos facturaban 400 millones de pesos por año. En 2003 y 2004 se registraron desmantelamientos parciales que atenuaron las estadísticas. Pero el repliegue duró poco tiempo. Un informe del Centro de Experimentación y Seguridad Vial (CESVI) determinó para este año, en el Conurbano, un incremento del 12,3% en el robo de autos. El "negocio" siguió facturando 327 millones de pesos anuales, según la propia CESVI, aunque voceros de la Gobernación explican que desde Diciembre de 2007 hasta Marzo de este año se realizaron 60.000 procedimientos que incluyeron talleres. Un dato sobre los volúmenes de autopartes comercializadas: en uno de los últimos procedimientos realizados por la Policía de la Provincia de Buenos Aires, en un galpón ubicado en el deslinde de Florencio Varela y San Francisco Solano, se secuestraron 14.000 puertas, 6.000 capots, 3.000 paragolpes y 68 motores sin identificación, entre otros elementos. Es apenas una parte de esta gran factoría que funciona de día, con la materia prima que se roba de noche. Unicamente en el partido de Tres de Febrero, donde queda Ciudadela, se registran cinco robos de vehículos cada 24 horas. Por esa zona desprovista anduvo Fernando CÁCERES de madrugada. Es improbable que pueda dar testimonio del horror que esconde la venta de un parabrisas o de un guardabarros obtenidos a punta de pistola.-
Eliminando la actividad ilegal donde se origina (en la calle) y donde se desarrolla (en el desguace y venta). Al principio de su gestión, el Señor Gobernador Daniel SCIOLI, respondió a esa lógica al ordenar la búsqueda "de los delincuentes en los desarmaderos". Cinco años antes, los jefes policiales ya habían escuchado al Ministro de Seguridad, Juan Pablo CAFIERO (2002-2003) marcar la prioridad contra este delito. En el punto más alto de la crisis económica y social de 2002, se robaban 6.527 autos por mes en toda la Provincia. Y conformaba un alerta. "Cada pieza comprada en forma ilegal puede estar manchada con sangre", era la advertencia de Felipe SOLÁ. Por entonces, 1.000 desarmaderos facturaban 400 millones de pesos por año. En 2003 y 2004 se registraron desmantelamientos parciales que atenuaron las estadísticas. Pero el repliegue duró poco tiempo. Un informe del Centro de Experimentación y Seguridad Vial (CESVI) determinó para este año, en el Conurbano, un incremento del 12,3% en el robo de autos. El "negocio" siguió facturando 327 millones de pesos anuales, según la propia CESVI, aunque voceros de la Gobernación explican que desde Diciembre de 2007 hasta Marzo de este año se realizaron 60.000 procedimientos que incluyeron talleres. Un dato sobre los volúmenes de autopartes comercializadas: en uno de los últimos procedimientos realizados por la Policía de la Provincia de Buenos Aires, en un galpón ubicado en el deslinde de Florencio Varela y San Francisco Solano, se secuestraron 14.000 puertas, 6.000 capots, 3.000 paragolpes y 68 motores sin identificación, entre otros elementos. Es apenas una parte de esta gran factoría que funciona de día, con la materia prima que se roba de noche. Unicamente en el partido de Tres de Febrero, donde queda Ciudadela, se registran cinco robos de vehículos cada 24 horas. Por esa zona desprovista anduvo Fernando CÁCERES de madrugada. Es improbable que pueda dar testimonio del horror que esconde la venta de un parabrisas o de un guardabarros obtenidos a punta de pistola.-
No hay comentarios:
Publicar un comentario