
Santiaguito, como todas las tardes, disfrutaba de sus 8 años jugando en la calle, subido a su patineta, junto a otros chicos del Barrio Villa Castells. Un instante después, peleaba por su vida, a bordo de un automóvil camino al hospital de San Roque de Gonnet: el pequeño tenía una bala alojada en el cerebro. Pero el milagro no fue posible, pocas horas después murió, pese al esfuerzo de los médicos, que no pudieron evitar tan fatal desenlace. La furia, la angustia y la tensión, se mezclaban ayer en el barrio de la calle 10 entre calle 487 y calle 488, donde los vecinos no podían comprender lo que acababa de pasar. En lo que presuntamente iba a ser un ajuste de cuentas, delincuentes abrieron fuego desde un automóvil contra un joven, que intentaba huir, al reconocerlos, pero una de esas balas le dio en la cabeza a un nene de 8 años, que había quedado en medio de los disparos. La víctima fue identificada como Santiago PELLEGRINI, quien vivía en la cuadra donde se produjo el ataque y donde se vivieron momentos conmoción cuando hacia las 22:30 horas se conoció la noticia de su deceso. De acuerdo al relato de algunos testigos, todo comenzó hacia las 17:00 horas, cuando varios chicos se encontraban jugando sobre calle 10, hacia mitad de cuadra. Incluso, a esa hora se estaba festejando un cumpleaños. Al parecer, en ese momento, un grupo de jóvenes que iban a bordo de un Ford Ka color gris, por calle 487, efectuaron al menos cinco disparos de arma al aire, pocos metros antes de llegar a la esquina de 10. Justamente, en el cruce de esas dos calles, se encontraba reunido un grupo de jóvenes, sentados sobre la vereda. Al ver que el Ford Ka estacionaba en esa esquina, y uno de sus ocupantes sacaba por la ventanilla una pistola de manera intimidatoria, uno de los integrantes del otro grupo los habría reconocido e interpretando que lo buscaban a él, emprendió la huida corriendo por calle 10, que estaba llena de niños, aseguraron los vecinos. Al notar que la persona que buscaban se escapaba, los sujetos del auto abrieron fuego indiscriminadamente en esa dirección, sin medir las consecuencias. Y el desenlace no pudo ser peor. Un proyectil impactó en la cabeza de Santiago, que jugaba tranquilamente con su patineta y no tenía nada que ver con la persona a la que buscaban los agresores. Simplemente estaba en el lugar y en el momento menos indicado. A partir de entonces todo fue desesperación. "Al principio, el papá de Santiago salió a correr a los ocupantes del auto, porque habían disparado contra los chicos y cuando volvió se encontró que le habían dado a su hijo. Creo que no se había dado cuenta antes por el revuelo. Enseguida lo subió a un auto y con el cuñado, lo llevaron al hospital", relató Jorge (32), un testigo. Según contaron los testigos, el sujeto que efectuó los disparos estaría identificado, sería de la zona de Ringuelet y ya contaría con antecedentes por robo. El caso es investigado por personal de la Delegación de Investigaciones de La Plata, conjuntamente con personal de la Seccional Decimotercera de La Plata.-
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